La autoestima es el grado en que uno se siente seguro, valioso y digno de respeto.
Las personas con alta autoestima a menudo se sienten bien consigo mismas y su progreso en la vida. Las personas con baja autoestima suelen sentir vergüenza y dudas. A menudo pasan mucho tiempo criticándose a sí mismos. La baja autoestima es un síntoma de varias afecciones de salud mental, como ansiedad y depresión.
La baja autoestima no se representa con su propio diagnóstico en el Manual de Diagnóstico y Estadística (DSM-V) de la APA. Sin embargo, sus síntomas y efectos son muy reales. Las personas que desean mejorar su autoestima pueden obtener ayuda de un terapeuta.
RECONOCIENDO LA BAJA AUTOESTIMA
La autoestima se basa en creencias sobre uno mismo. Por lo tanto, es probable que quienes sufren de baja autoestima tengan una “baja” opinión de sí mismas. Pueden compararse con los demás y luego juzgarse inferiores.
Las personas pueden hacer frente a esto de diferentes maneras. La baja autoestima a menudo se presenta en uno de tres patrones:
- Síndrome del impostor:una persona usa logros o falsa confianza para enmascarar sus inseguridades. Temen que el fracaso revele su verdadero y defectuoso ser. La persona puede usar el perfeccionismo o la dilación para lidiar con esta ansiedad.
- Rebelión:una persona finge que no le importa lo que otros piensen de ella. Sus sentimientos de inferioridad pueden manifestarse como enojo o culpa. Pueden actuar desafiando a la autoridad o violando las leyes.
- Victimización:una persona cree que está indefensa frente a los desafíos. Pueden usar la autocompasión para evitar cambiar su situación. A menudo confían en otros para salvarlos o guiarlos.
Internamente, la baja autoestima a menudo se manifiesta como autocrítica. Los ejemplos comunes de diálogo interno negativo incluyen:
- No hay nada que realmente me guste de mí mismo.
- Nunca lo haré lo suficientemente bien en la escuela o el trabajo para tener éxito.
- No soy digno de buscar cosas que me interesan.
- Otras personas son más merecedoras de felicidad.
- Nadie quiere escuchar sobre mi vida o los problemas que estoy enfrentando.
- Es todo culpa mía. Parece que no puedo encontrar personas que sean buenas conmigo. La buena gente no querría estar conmigo, de todos modos.
Con el tiempo, los pensamientos negativos pueden volverse tan frecuentes que la persona los ve como un hecho. Cuando se convierte en un bucle, este proceso de pensamiento puede ser muy perjudicial.
EFECTOS DE BAJA AUTOESTIMA
El ciclo de autocrítica puede minar la alegría de una persona en la vida. Pueden dejar de hacer pasatiempos que alguna vez disfrutaron por miedo a ser juzgados. Los sentimientos de ira, culpa o tristeza pueden evitar que disfruten de las actividades que realizan. Algunas personas pueden tener comportamientos autodestructivos como abusar de sustancias o descuidar la higiene.
La duda puede interferir con la productividad en el trabajo o la escuela. Una persona puede preocuparse tanto por las opiniones de los demás que no se centran en la tarea en cuestión. Pueden evitar asumir riesgos o establecer metas con la certeza de que fracasarán. Alguien con baja autoestima puede carecer de resistencia frente a un desafío.
Los problemas de autoestima también pueden afectar la vida social. Alguien con baja autoestima puede creer que no es digno de amor. Pueden tratar de «ganarse» el amor de los demás y aceptar un trato negativo. O por el contrario pueden intimidar y criticar a otros para compensar sus propias inseguridades. El miedo al rechazo puede evitar que las personas busquen relaciones. El aislamiento social puede alimentar una autoimagen negativa.
La baja autoestima puede contribuir a los problemas de salud mental. Es especialmente común entre las personas con las siguientes preocupaciones:
- Problemas con la comida
- Depresión
- Ansiedad social
- Codependencia
- Autolesiones
CÓMO SE DESARROLLA LA BAJA AUTOESTIMA
Algunas personas desarrollan baja autoestima en la infancia. Cuando los adultos critican duramente a los niños por errores, estos pueden internalizar esos mensajes. Las experiencias infantiles adversas, como el abuso infantil o la intimidación, también pueden contribuir a una baja autoestima.
En la edad adulta, cualquier experiencia de vida desmoralizante puede reducir la autoestima. La pérdida de empleo, las rupturas y otros cambios en la vida pueden causar miedo o dudas. Estos sentimientos logran afectar la autoestima, la confianza y la capacidad de recuperación. Una vez que estos factores se ven comprometidos, una persona puede ser más propensa a desarrollar creencias negativas y patrones de diálogo interno.
MARGINACIÓN Y AUTOESTIMA
Las personas marginadas son aquellas que pueden estar en mayor riesgo de sufrir prejuicios y discriminación. Este maltrato podría basarse en la religión, la salud, el aspecto o muchos otros rasgos propios. Y esto puede hacer que las personas tengan un mayor riesgo de problemas de autoestima.
Los factores que pueden influir en la autoestima incluyen:
- Edad: la investigación en 48 países muestra que la autoestima tiende a aumentar desde la adolescencia hasta la mediana edad. Un estudio estadounidense encontró picos de autoestima alrededor de los 60 años. Entre las personas mayores de 60 años, la autoestima disminuye bruscamente a medida que las personas continúan envejeciendo. Los cambios en el estado financiero y la salud física pueden explicar gran parte de esta disminución.
- Tipo de cuerpo: los niños con sobrepeso u obesidad con frecuencia experimentan bullying. Es más probable que estos jóvenes experimenten baja autoestima durante la infancia y más adelante en la vida. También pueden tener menos amigos durante la infancia. El aislamiento social puede contribuir a una baja autoestima.
- Estado de salud mental:un estudio de 2012 examinó la autoestima entre las personas con diagnósticos de salud mental. El humor, la participación de la comunidad y los estereotipos positivos en el grupo se relacionaron con una mayor autoestima. Las personas que mantuvieron sus condiciones en secreto o se esforzaron mucho para refutar los estereotipos negativos a menudo tenían una autoestima más baja.
- Estado de minoría sexual / de género: losestudiantes que son homosexuales, bisexuales, transgénero o queer ( LGBTQ+ ) tienen más probabilidades de desarrollar baja autoestima que sus compañeros. La intimidación es un gran contribuyente a los problemas de autoestima en los niños LGBTQ+. Para las personas transgénero, la disforia de género también puede afectar fuertemente la autoestima.
- Estado socioeconómico:un estudio de 2017 analizó la autoestima en estudiantes de secundaria de familias de bajos ingresos. Los estudiantes que creían que la sociedad era «justa» tenían más probabilidades de tener baja autoestima años después. La mayoría de los estudiantes habían experimentado discriminación y desventajas sistémicas en el transcurso de la escuela intermedia.
Sin embargo, no todos en un grupo marginado tendrán baja autoestima. Algunos pueden asignar menos valor a los dominios donde enfrentan barreras sistémicas. Por ejemplo, una persona de una familia de bajos ingresos no puede basar su autoestima en ser dueño de un automóvil lujoso. En cambio, pueden centrarse en el éxito romántico o la aptitud física.
Otras personas pueden medir su progreso solo en comparación con los miembros de su propio grupo. Pueden atribuir reveses a la discriminación en lugar de fallas individuales. Estas estrategias pueden ofrecer un contrapeso a los efectos de la marginación.
Independientemente de los factores que contribuyen a la baja autoestima, el apoyo está disponible. Un terapeuta puede ayudarlo a abordar las emociones que subyacen a la baja autoestima. Con tiempo y trabajo, es posible desarrollar una relación sana con uno mismo.